sábado, julio 15, 2006

Análisis de Algunas Obras

Nota: puede que los castposts no funcionen


Como análisis preliminar, los autores han elegido tres bandas, y una canción de ella. La elección se basa tanto en la importancia de éstas en la escena local como sus propuestas


--> Niño Problema


La banda Niño Problema logró hacerse un nombre en la escena rockera nacional. Fusionando estilos como punk, ska, funk, metal, y folclor urbano, en una denominación que ellos bautizaron como Funkmetalchalandanga, dieron a sus obras una energía pocas veces vista.

Una de sus principales canciones se llama “Pillo pal baile”. El tema trata de un hombre que vive para juntar monedas día a día y gastarlas en vinos de mala calidad, lidiando con la hostilidad de la policía sin más armas que la indiferencia. Según Jalea, vocalista y líder de la banda, la canción surgió de una conversación con un vagabundo en la subida Ecuador de Valparaíso, la que habría gatillado una serie de reflexiones de su parte. Con la sencillez de su vida, le habría mostrado que mucho se pierde preocupado de cosas superficiales. Si una persona puede ser feliz sin más aspiraciones que un pan con mortadela para pasar el hambre, o el ser lo suficientemente “vivo” para ser respetado por su entorno, porqué no serlo con una vida más acomodada en ese aspecto. La alegría del ritmo de la canción ayuda a dar una visión optimista de esta situación.

Como recurso para recrear esa realidad, el tema busca retratar con la mayor fidelidad posible la simpleza y la simpática pillería de este hombre, con el objeto de lograr transmitir la vida callejera de un cerro porteño cualquiera. Cantado en primera persona singular, la letra incluye una serie de expresiones populares, donde no falta la referencia a localismos como el “pan batido”, tal como otras canciones mencionan al porteñísimo “Wanderers”. Lo interesante es que siendo que perfectamente la canción pudo tratar de ser un retrato de la chilenidad, del “roto chileno”, rehuye el cliché de la picardía criolla para asentarse notoriamente en Valparaíso.


-->Tryo:



La canción de esta banda que ha sido elegida es Vértigo. Esta composición acústica se centra en un punteo de guitarra que marca un ritmo veloz, sobre el cuál el cello de Francisco Cortez impone una melodía bastante “soñadora”. La composición es instrumental, por lo que la ausencia de letras ayuda a soltar la imaginación y a viajar junto a la música, viaje relajante (cello) pero apurado (guitarra). Este tema prácticamente “huele” a Valparaíso, tiene un sentimiento particularmente cultural, da la impresión que el tema necesita que el oyente comprenda y tome en cuneta la diversidad de cosas que Valparaíso tiene para ofrecer, así como las particularidades que lo consolidaron como patrimonio de la humanidad. La mencionada velocidad de la guitarra da la impresión de una serie de imágenes que se suceden una tras otra, en blanco y negro debido al sonido de antaño del cello y a una época de grandeza que parece haber quedado atrás entre tantos edificios con formas modernas que opacan las bellas casas antiguas y muros sucios con grafittis carentes de valor.

Estas imágenes muestran diversos aspectos de la ciudad y su cultura: los cerros llenos de hermosos murales que conforman un museo a cielo abierto, la casa de Neruda, los innumerables cafés, la infaltable bohemia porteña, poetas que deambulan por las calles y gente común y corriente que parecen agradecidos espectadores de esta diversidad que pocas ciudades tienen. La música de TRYO invita al oyente a hacerse una propia idea de su significado y su mensaje. No es para menos. No molesta en absoluto esta tarea que nos proponen.


--> Cazuela de Côndor:



Esta banda tiene una interesante propuesta musical y escénica. En sus presentaciones aparecen disfrazados de cóndores y las realizan en diversos lugares de la ciudad. Nacieron hace 2 años y en sus palabras, la banda se define como “Extraña mezcla alquímica se junta hace mas o menos un año y medio: un sicótico tecladista, un ostracio baterista, un hiperactivo bajista y un atormentado guitarrista. Y axial fue como los ingredientes perfectos se fusionaron para conformar esta cazuela humana. Pero algo faltaba. Al tiempo apareció, desde los rincones más recónditos del universo, un ser peludo, quien se comunicaba solo dando asombrosos chillidos con su saxofón. Ahora la receta estaba lista: una Cazuela de Côndor para llegar y servirse.”

La sonoridad de la banda está compuesta por tres ejes principales. La estructura de cueca porteña se aprecia claramente a lo largo de la canción, pero hay diferencias en cuanto a la estética clásica de este género. En la guitarra hay texturas que recuerdan al estilo surfer rock de los años 60’s y guitarras psicodélicas. Por último, el piano que evoca a los organilleros de las plazas de Valparaíso, lo hace en reinterpretando el organillero pero de manera surfer (Dick Dale es un guitarrista muy representativo de este subgénero). Es una pieza irreverente, absurda y poética, tal como la atmósfera de Valparaíso. A pesar de hay influencias extranjeras en la música, la fusión de estilos es bien realizada y entrega un universo sonoro lleno de texturas, entregando una propuesta única y porteña.


--> Umbría en Kalafate:

La canción “A la siga” comienza con un sonido de un caballo y de un perro, que sugiere una raíz rural. Comienza después una guitarra que recuerda a un sonido space-rock de fines de los 80’s, pero con un ritmo de cueca muy intenso y determinante y en unos segundos, una saturación exquisita para terminar en unos segundos de ruido silencioso sugerente, como una voz que pierde en las profundidades.